BANDERAS EN FACHADAS
Por Ariza Administraciones
En las últimas semanas estamos viviendo una situación insólita y vemos proliferar banderas en fachadas en todo el país y hace ya algunos años en Cataluña. Su origen es político y seguramente por ello ha dado origen a enfrentamientos, ataques, protestas y hasta disparos de escopeta.
En Cataluña la guerra de las banderas ha ido creciendo al ritmo del conflicto político independentista, convirtiendo a los administradores de fincas en árbitros de un asunto muy complejo por los sentimientos que convergen por medio y que ha obligado a que el Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona-Lleida señale que la colocación de una bandera o cualquier otro elemento que altere la estética común de la fachada de un inmueble, requiere la autorización de la comunidad de propietarios, recomendando a sus colegiados establecer de la forma más aséptica posible lo que determina el régimen de propiedad horizontal.
¿ QUE DETERMINA LA LEY?
Pues que estas banderas colgadas en balcones y terrazas alteran la estética de la fachada que es un elemento común que debe gestionar la comunidad, ya que no son de uso privativo y no pueden utilizarse según la voluntad individual y que además está produciendo conflictos, pues no son bien vistas por muchos y que han subido de tono con la incorporación de la española, señera incluso la de Tabarnia.
SOLICITUD DE PERMISO
Ante este problema hay que tener en cuenta que para alterar la configuración de la fachada se requiere autorización por unanimidad, cosa que en la inmensa mayoría de los casos no existe, por lo que el administrador debe requerirle para que lo solicite y en su defecto convocar junta de propietarios para solucionar el tema y decidir si se quitan o no las banderas, cosa nada sencilla si no se cuenta con la colaboración del vecino afectado, por lo que finalmente habría que recurrir al juzgado y que terminaría con una multa.
Otra cosa sería si no está colocada en el balcón sino tras la puerta en lugar de la cortina, es decir, dentro de la propiedad privada, en la vivienda, ahí nada tiene que decir la comunidad.
Ahí estaría la solución de un problema difícil de resolución, aunque, afortunadamente será de poca duración.
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