VIVIENDAS DE ALQUILER
Cuándo tu casero puede subirte el alquiler (y cuándo no)
El propietario debe respetar la actualización de renta recogida en el contrato y esperar a su finalización para plantear subidas
Jueces y expertos alertan de la desprotección de los inquilinos frente al aumento de los precios
Cuándo tu casero puede subirte el alquiler (y cuándo no)
Irma tiene 35 años y vive de alquiler en un piso de 45 metros cuadrados por algo menos de 600 euros al mes en el madrileño barrio de Malasaña. El contrato lo firmó en 2013 y termina en febrero de 2018 y su casera le ha dicho que cuando llegue esa fecha o vende el piso o, de prorrogar el alquiler, le subirá la renta mensual.
“Me planteo buscar otra casa pero está muy complicado”. En el centro de Madrid, “si quieres alquilar una casa para una persona, menos de 700 euros es imposible. Estoy hablando de algo en condiciones habitables, en una casa que puedas vivir agusto, que no se te caiga el techo, que no haya problemas con los desagües, ese tipo de cosas, que muchas de las casas que estoy viendo tienen problemas que son bastante incómodos a la hora de vivir allí el día a día”. Y el desembolso final, “con gastos y demás se te pone en 800 euros”. Con “los sueldos que tenemos hoy en día es inviable, una burrada”, lamenta Irma.
Desde el recién creado Sindicato de Inquilinos, su portavoz, Jaime Palomera, advierte de que “estamos en medio de una burbuja del alquiler” y “se están produciendo subidas desproporcionadas (en algunos casos del 30%) porque hay un objetivo de extraer la mayor renta en el menor tiempo posible. Hablamos de alquileres que pasan de 750 a 1.200 euros al mes”. La “especulación inmobiliaria ahora mismo no tiene límites”, señala.
Palomera valora que “el problema es que se piden unas subidas que en la mayoría de casos son inasumibles por unos vecinos que ven cómo sus salarios disminuyen. Muchos se ven obligados a irse”. “No hay ningún limite a los precios. Hay quien no se va pero destina más de un salario a pagar un alquiler. Cosa inasumible, insostenible”, por lo que “hay que pensar cómo transformar la situación para que el derecho a la vivienda esté garantizado”, demanda.
Culpa a la desregulación del mercado. “La Ley de Arrendamientos Urbanos aprobada en 2013 lo permite y hace que haya una desproporción absoluta entre lo que se pide y lo que la gente puede pagar”.
Como Irma, en España viven de alquiler cerca de dos millones y medio de personas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2011. Casi la mitad de los inquilinos tiene menos de 31 años y donde más pisos alquilados hay es en Barcelona y Madrid.
Tres años de contrato
Con la legislación actual, la duración máxima de los contratos se ha rebajado de cinco a tres años prorrogables. Dentro de esos tres años, la mensualidad se actualiza cada año de acuerdo al Índice de Precios de Consumo (IPC) o a cualquier otro indicador pactado por las partes. Pero una vez finalizado el contrato (ya sea de tres años o de sólo uno), el propietario tiene vía libre para subir el precio al que alquila su vivienda, según explica el expresidente del Banco Hipotecario y experto en Vivienda Julio Rodríguez, quien además considera que las ayudas al alquiler anunciadas por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, no harán sino animar a que los precios de los arrendamientos sigan creciendo.
El juez José María Fernández Seijo, que consiguió que la Justicia europea enmendara la ley hipotecaria española, afirma que “hay una situación de desequilibrio en los contratos de alquiler” en detrimento del inquilino, sobre todo “en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona”, porque “los contratos se están actualizando en función del crecimiento del precio de las viviendas”.
El problema, Seijo no cree que “sea tanto las cláusulas de actualización, como sobre todo que ahora los contratos son de duración muy pequeña”. Si “tú no aceptas la actualización que te propone el casero, cuando venza el contrato te pondrá en la calle”, indica.
¿Y qué opinan los propietarios?
Salvador Díez, presidente del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas, coincide en la idea de que la libertad de mercado deja al propietario la puerta abierta para alquilarlo “al mejor postor”. Mientras “el mercado pague es muy complicado resolver” el problema. “Nos ponemos en la posición del inquilino, pero hay que ponerse en la del propietario. Si tengo a una persona que me paga 300 euros más, qué vas a hacer, tú estás a ganar dinero, porque es tu inversión, tu propiedad”, valora.
Al menos desde 2013, año en el que arranca la estadística del Poder Judicial, el número de lanzamientos por impago del alquiler supera al de ejecuciones hipotecarias, de modo que más de la mitad de los desahucios que se practican en España son por no pagar el alquiler
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