- Los ascensores son lugares pequeños, cerrados y con poca ventilación, por lo que la trasmisión del coronavirus en ellos es muy fácil.
- No usarlos si hay alguien dentro o llevar siempre mascarilla, aunque vayamos solos, son las mejores formas de evitar el contagio.
En los últimos meses, mucho se ha hablado y publicado sobre cómo se contagia el coronavirus y el tiempo que permanece en el aire y en las superficies. Según van apareciendo investigaciones, se desmienten unas hipótesis y se afianzan otras, pero hay algunas sobre las que ha habido pocas dudas, como que se transmite más en espacios cerrados, sin ventilación y si no se guarda la distancia de seguridad de entre 1,5 y dos metros. Todas estas circunstancias se dan en los ascensores, pequeños espacios en los que es difícil -en ocasiones imposible- guardar la distancia de seguridad y están cerrados y con poca ventilación. Si a esto le añadimos que tenemos que tocar superficies recientemente tocadas por otros, como es el botón para seleccionar el piso al que vamos, los ascensores que convierten en pequeñas bombas de relojería para la trasmisión del virus
Las temidas ‘gotitas’ y aerosoles
Al igual que muchos virus respiratorios, el SARS-CoV-2 se transmite principalmente de persona a persona cuando una de ellas está enferma y tose o estornuda, también al hablar. Cuando esto sucede, la persona infectada expulsa millones de gotas de saliva con carga viral. Cuando las gotas son grandes, caen al suelo después de alcanzar más o menos el metro de distancia. Si no se guarda la distancia de seguridad, algo difícil en un ascensor, estas gotículas podrían infectar a su ‘compañero’ de ascensor. Si estas gotas son, además, muy pequeñas, se quedan suspendidas en el aire y pueden permanecer así hasta tres horas si no hay ventilación. Si esto es así, no necesitaremos ni compartir ascensor con una persona infectada para contagiarnos, bastaría con entrar en él durante el tiempo en que el coronavirus sigue suspendido en el aire. En este sentido, el experto en calidad del aire y polución de ediciones Dr. Richard Corsi, realizó unos cálculos y llegó a la conclusión de que, si una persona infectada tosía y subía hasta un décimo piso, al volver el ascensor a la primera planta, la persona que subiera después estaría expuesta a un 25% de la carga viral del pasajero anterior. Aun así, le evidencia científica sigue siendo escasa y hacen falta más investigaciones.
¿Tocar o no tocar?
Después de varias publicaciones alrededor del mundo, la OMS llegó a la conclusión de que la trasmisión del virus por contacto de superficies infectadas no parece muy probable, pues no hay pruebas concluyentes que lo demuestren, a pesar de que algunos estudios aseguraban que el virus podía permanecer incluso varios días en superficies como el acero inoxidable. Aun así, recomienda lavarse las manos con frecuencia ante la posibilidad de tocar una superficie infectada y llevarnos después las manos a la cara, la nariz…
En un ascensor, si una persona infectada estornuda en su mano e inmediatamente selecciona el botón del piso o se apoya en una barandilla, un espejo, etc. dejaría virus que podrían infectar a las personas que subieran después y tocaran esas superficies. No es el escenario más probable, pero podría ocurrir.
¿Hay un mayor riesgo en ciudades con más ascensores?
España es, seguida de Italia, el país con más ascensores del mundo por habitante, algo que, según algunos estudios, aseguran que puede haber influido en las altas tasas de contagio de ambos países, así como de ciudades con muchas viviendas y oficinas ‘verticales’, como Nueva York.
Todavía hace falta estudiar con cuidado esta relación, pero según apunta un artículo publicado en The conversation, “la correlación entre las muertes oficiales a 23 de abril de 2020 y el número de ascensores para diferentes países en Europa se ha testado con varias pruebas estadísticas. La correlación es significativa, aunque aún insuficiente. Sobre todo porque coincide que ciudades con alta densidad de población tienen más ascensores”. Es decir, que, para llegar a una conclusión más sólida, habría que seguir haciendo investigaciones teniendo en cuenta otros factores.
Qué precauciones tomar
Aunque no haya recomendaciones oficiales específicas, ni por parte de la OMS ni del Ministerio de Sanidad, para no contagiarse en los ascensores, basta con adaptar las recomendaciones oficiales a un espacio con las características de los ascensores como, recomiendan, por ejemplo, el Gremi Empresarial d’Ascensors de Catalunya (GEDAC) o la Federación Empresarial Española de Ascensores, FEDEA. Así, para evitar contagiarnos y contagiar en un ascensor, deberemos:
• Mantener la distancia de seguridad de dos metros. En un ascensor grande, como el de un edificio de oficinas o un hospital, esto puede conseguirse, como ya se está haciendo, con marcas en el suelo que delimiten el espacio, líneas de entrada y salida… Sin embargo, esto es inviable en la inmensa mayoría de los ascensores de las comunidades de vecinos. Por eso, la mejor forma de mantener la distancia en este caso es no coger el ascensor si ya hay algún vecino dentro.
•Extremar la higiene, ya sea de nosotros mismos lavándonos y desinfectándonos las manos con frecuencia como haciendo lo mismo con el ascensor, que deberá ser desinfectado varias veces al día.
•Evitar tocar los botones, misión imposible si queremos que el ascensor nos lleve a nuestro destino. En este caso, podemos utilizar el codo, cubrir los dedos con un pañuelo, usar las llaves, etc. En este sentido, hay empresas que ya está adaptando a los nuevos tiempos e ideando nuevas formas de evitar este contacto, como líneas de pedales e incluso botones holográficos, también con limitadores de carga o sistemas de desinfección incluidos.
•Llevar siempre mascarilla, aunque vayamos solos. Esta es la medida más importante teniendo en cuenta la posibilidad de contagios por aerosoles que mencionábamos más arriba.
Si vivimos en un piso no muy alto y no tenemos problemas de movilidad, es mejor evitar usar el ascensor siempre que se pueda y que dejemos el ascensor a las personas que realmente no pueden dejar de usarlo, como personas mayores o con discapacidad. Además de evitar contagios, realizaremos una actividad física extra, que no viene nada mal en estos tiempos post confinamiento.
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