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- FISURAS Y GRIETAS EN EL EDIFICIO
fisuras y grietas en el edificio suponen uno de los problemas más comunes y que más preocupan en nuestros edificios. Tanto es así que el 99% las padecen. La antigüedad del parque inmobiliario -más del 80% de los edificios tiene más de 18 años y casi la mitad de ellos se construyeron hace más de 40, de acuerdo a Andimac- es a menudo una de las causas que contribuyen al aspecto desmejorado de los inmuebles.
No obstante, las grietas y fisuras no solo son una cuestión estética, sino que además afecta al confort interior de las viviendas y a menudo causan otros problemas como las humedades que, a largo plazo, pueden ser más graves y acabar afectando a la infraestructura del edificio.
Por eso, para acabar con ellas, en primer lugar, hay que considerar que existen distintos tipos de fisuras, que su aparición puede deberse a diferentes razones, y que sus consecuencias pueden tener mayor o menor gravedad. Por eso, lo primero será analizar los problemas que las originan y comenzar a repararlas llevando a cabo el procedimiento más adecuado para cada caso concreto.
Cuáles son las fisuras que más y menos deben preocuparnos
Debemos tener en cuenta que las fisuras más complicadas e importantes son las estructurales, las que se producen por movimientos en la estructura. Pueden aparecer de forma vertical, horizontal o en forma de estrías en la fachada de los edificios tomando profundidad y llegando incluso a comprometer el muro de la obra, razón por la cual deben ser revisadas por un profesional.
Asimismo, si surgen de manera oblicua en los huecos de puertas y ventanas o de manera longitudinal o vertical se trata de fisuras de dilatación. Estas deben preocuparnos, pero no tanto como las primeras. Surgen a raíz de los diferentes comportamientos de dilatación de los materiales frente a los cambios de temperatura y humedad. Además, la puesta en carga de la edificación también puede generar fisuras que se observan sobre todo en las primeras plantas.
Otro tipo de fisuras son las de cuarteamiento. Se producen por problemas en la aplicación del revestimiento, son meramente superficiales y sólo afectan a la parte más externa del edificio, por lo que no son tan peligrosas como las anteriores. Aun así, conviene ponerles solución.
Adiós a las grietas y fisuras de tu edificio
Y es que sea cual sea la causa que las origine todas ellas pueden repararse y serán los expertos los encargados de elegir la solución más acertada. Algunas requerirán picar la fachada o incluso la instalación de un Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE). No obstante, también existen otras más sencillas (Sistemas Antifisuras) con resistencias mecánicas que frenan la degradación de la fachada y no solo contribuyen a la reparación de las fisuras y a evitar sus consecuencias (humedad, pérdidas de energía, encarecimiento del gasto de la factura…) sino también a mejorar el confort interior de las viviendas y a renovar el aspecto estético de nuestros edificios.
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