El clásico comic 13 rue del Percebe, la película La comunidad, de Álex de la Iglesia, o las más actuales series Aquí no hay quien viva y La que se avecina han puesto de relieve lo complicado que puede resultar a veces convivir en una comunidad de vecinos.
Los gastos compartidos, la limpieza o la simple contratación de un seguro de comunidad pueden convertirse en toda una odisea de reuniones, actas, votaciones, etc.
Y es que la convivencia en un edificio o una comunidad de propietarios de una urbanización resulta compleja si no todas las personas ponen de su parte.
Es cierto que cada uno tiene sus intereses, obligaciones y preocupaciones, pero vivir en comunidad exige un esfuerzo más por crear una convivencia agradable y que no dificulte más las ya de por sí complicadas vidas del mundo actual.
Por ello, conviene tener en cuenta algunos consejos para facilitar la vida en una comunidad de vecinos y que todas las personas que lo integren puedan vivir, convivir y, por encima de todo, sobrevivir.
Formalizar la comunidad
Muchas comunidades de vecinos se sustentan en la buena voluntad y el trabajo voluntario de algunos propietarios con muy buena fe, pero en la mayoría de los casos esto termina acabando no muy bien.
En ese sentido, la primera recomendación es formalizar la comunidad, esto es, convertirla en oficial generando unos estatutos y escribiéndola en los registros públicos. De esa manera, todo quedará regulado según las leyes vigentes y facilitará la toma de decisiones ante una discrepancia.
Cuenta bancaria
En los tiempos actuales es difícil pensar en que los pagos de la cuota de la comunidad se hagan en mano, pero son muchos los edificios que todavía mantienen esa costumbre, lo que puede generar problemas con vecinos morosos, pagos que no se han justificado y se reclaman por segunda vez, etc.
Abrir una cuenta bancaria a nombre de la comunidad y establecer la domiciliación como el mejor método de pago, ya que queda todo justificado y registrado.
Un administrador
En los casos en los que nadie quiere hacerse cargo de la comunidad o en aquellas fincas donde existen vecinos morosos o conflictivos no hay nada mejor que contar con la colaboración de un administrador de fincas. Son profesionales que conocen todos los vericuetos de la vida en comunidad, expertos en la ley de propiedad horizontal y que están al día de todas las posibles ayudas y subvenciones que un grupo de vecinos puedan recibir para reformas y otras cuestiones.
Un seguro de la comunidad
Otra de las cosas que no se suele tener y que resulta imprescindible para que una comunidad funcione en condiciones es un seguro.
Una buena póliza responderá a problemas de mantenimiento, catástrofes naturales, accidentes, etc. Es una muy buena forma de mantener el edificio o la zona de viviendas a pleno rendimiento sin causar molestias, pérdida de tiempo u otras incomodidades a vecinos que formen parte de la junta directiva.
Vivir en comunidad no tiene por qué convertirse en una mala experiencia. Siguiendo estos pequeños consejos es posible generar un ambiente agradable y cómodo, que evite los problemas y que haga del día a día entre los vecinos algo incluso positivo y enriquecedor.
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