Si bien no son las únicas, Vivus, Wonga, Kredito24 o Cashper son algunas de las entidades que ofrecen este tipo de préstamos de pequeño monto, que muchas veces escapan al control de la legislación vigente -Ley de Contratos de Crédito al Consumo- y al manual de buenas prácticas establecido por el Banco de España, dado que las cantidades están por debajo del umbral regulado.
Tenemos un aprieto momentáneo, deseamos un producto que no nos podemos permitir porque vamos muy justos de dinero, y vemos, generalmente en internet, un anuncio de una de estas empresas, que aseguran que nos pueden prestar desde 100 o 200 euros hasta 500 o 600 sin el menor problema y con pequeñas comisiones. De hecho, según la OCU, es muy posible que en el primer préstamo que nos hagan apenas nos apliquen comisiones e incluso sean laxos en el tiempo de devolución, de modo que el microcrédito parece gratuito.
Ahora bien, esto solo es una táctica para engancharnos, pues saben que nuestra situación económica no mejorará a corto plazo y pronto surgirá un nuevo deseo o necesidad. Así, que si tenemos un buen recuerdo de ellos, volveremos a solicitarles un crédito. Es en este momento donde puede empezar nuestro infierno.
A continuación de damos siete motivos por los que debes mantenerte siempre lejos del alcance de las empresas de microcréditos.
1. El interés total puede alcanzar el 22.000%
Tal como lo oyes, no es una especulación y basta con ir a la página web de cualquiera de estas empresas y estudiar el coste de un crédito, por ejemplo de 200 euros a devolver en 15 días. Al cabo de estas dos semanas tendremos que devolver 250 euros. Si solicitamos 200 euros por falta de ingresos, es difícil de creer que podamos conseguir los 50 euros adicionales en poco tiempo. Si subimos el monto del crédito por ejemplo a 500 euros a 30 días, podemos encontrarnos en la situación de que debamos retornar 155 euros adicionales a un interés TAE del 2.700%.
Captura: ConsumoClaro
Es decir que deberemos devolver 650 euros. Lógicamente estos servicios no nos venden claramente estas condiciones, sino que siempre las esconden en ventanas emergentes que aparecen al pasar el ratón sobre la letra pequeña, o las ocultan en la aceptación de las condiciones del crédito y en textos de letra enrevesada. Pero debemos saber que si marcamos en el recuadro de aceptarlas, deberemos apechugar con ellas.
2. Puedes verte en pocas semanas debiendo diez veces lo que pediste prestado
Otro de los problemas de este tipo de créditos es que además de tener un interés alto, seguramente difícil de devolver para alguien en apuros, castigan brutalmente los retrasos en el pago. Si no devuelves en el plazo fijado el dinero, se te puede aplicar un interés de demora diario muy elevado, además de segur aplicando el TAE y diversos cargos por penalizaciones por el retraso; cargos que pueden rondar los 60 e incluso los 100 euros. Al solicitar el préstamo estás aceptando estas penalizaciones.
3. Te pueden pedir intereses de demora del 1,5% diario
La Ley de Contratos de Crédito al Consumo establece que en un préstamo personal, el interés de penalización nunca podrá ser superior a 2,5 veces el interés legal del dinero, pero la misma n o se aplica a préstamos por debajo de los 500 euros, cosa que aprovechan este tipo de servicios para aplicar intereses claramente abusivos.
De este modo, una deuda de 300 euros que no podemos devolver en su totalidad, es decir con el dinero de TAE sumado, puede dispararse a los 3000 euros en pocas semanas. La razón es que pueden aplicarnos un interés que se fija además sobre la deuda acumulada, es decir que cada día se aplica sobre un mayor monto. No se trata de que al cabo de 10 días de retraso el interés de demora sea del 15%, sino que será progresivamente más alto, ya que cada día se aplica sobre la deuda más el TAE más el interés de demora del día anterior.
Captura: ConsumoClaro
4. Te penalizarán duramente por cada notificación de demora que te hagan
Para acrecentar la deuda y poder cargar el interés por penalización, algunas de estas empresas aplican cargos exagerados cada vez que tienen que comunicarte una demora. Por ejemplo, 30 euros adicionales por un SMS semanal recordándote que sigues retrasado en el pago, e incluso a veces cantidades mayores. Y, claro, la penalización también irá a sumar para el interés de demora del día siguiente, y del otro y del otro… Y no puedes protestar porque aceptaste las condiciones al solicitar el microcrédito.
5. Puedes acabar sin poder pagar a crédito en ningún sitio
Si nos declaramos insolventes o nos negamos a devolver los intereses del crédito disparado porque lo consideramos abusivo, la empresa prestataria puede incluirnos en listados de morosos como el de ASNEF, que está conectado con las principales empresas de crédito. Muchos comercios reciben una señal de que estás en alguno de los listados cuando introduces tu tarjeta de crédito en el datáfono. En tal caso es posible que te acepten el pago solo en efectivo. Tu vida se puede volver muy incómoda y salir de estas listas a veces es muy complicado.
Captura: ConsumoClaro
6. Pueden vender tu deuda a otras empresas
Cuando se cansan de reclamarte los intereses por la deuda, que puede haber crecido monstruosamente con el tiempo, es práctica común en algunos de estos servicios vender tu deuda a otras empresas que aplican métodos de rozan la legalidad para exigirte la deuda.
7. Puedes acabar ante los tribunales
Las empresas que prestan microcréditos tienen el gatillo fácil para contratar abogados y llevarte a los tribunales aunque solo sea como una medida de presión. Se calcula que 10 de cada 100 peticiones de microcréditos acaban en denuncia, que no es más que otro método para presionarte para que pagues la deuda y en último extremo para poder ejecutar un embargo. Juega además en su favor el que raramente nosotros nos podremos permitir contratar un abogado que nos defienda.
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